Situada en la ladera del monte Arrolatza, a unos 200 metros de altura, la ermita de Santa Águeda evoca el pasado más rural y tradicional de Barakaldo, siendo un punto de referencia para muchos paseantes y teniendo su punto álgido de visitas el 5 de febrero, cuando se celebra su fiesta.
Los primeros escritos en los que se habla de la Ermita datan de 1584, si bien se cree que estaría levantada sobre los cimientos de otra anterior. Su última remodelación fue en 1996.
La cabecera presenta una bóveda de crucería mientras que la nave es de lunetos. Su puerta de acceso es renacentista, de arco de medio punto, guardado por un pórtico de madera.