La pandemia nos hizo a todos reflexionar sobre cómo había sido nuestra vida hasta ese instante. Eso mismo le pasó a Rober Montalbán, quien quiso sentarse delante de su ordenador y escribir sobre el barrio en el que había nacido, crecido y vivido. Así nació “Lutxana: Mi Barrio Barakaldarra”, un libro que habla sobre la historia del barrio, recopila imágenes y testimonios, y cuenta la historia del barrio pero también la de su propio autor de 85 años que se lanzó a la aventura.
¿Por qué se te ocurrió escribir este libro?
En principio, mi idea no era escribir un libro, solo pensé en hacer un escrito para relatar a mis nietos y nietas cómo fue mi niñez, comparándola con la de ahora: nuestros juegos, costumbres... y además relatarles cosas que pueden parecer inventadas por lo inverosímiles de las mismas. Que jugábamos con pelotas de papel. Unos papeles prensarlos y prensarlos, atar con una cuerda y ese era nuestro balón. Narrar que en San Mamés, cuando se metía un gol, se mandaba una paloma mensajera al Sanatorio de Santa Marina, para que los enfermos se enteraran cómo iba el partido. Que en Barakaldo, el alcalde José María Llaneza mandó publicar un bando en el que se advertía, bajo pena de multa, que quedaba prohibido a los varones ir en mangas de camisa y a las mujeres sin medias, porque era inmoral.
¿Qué temas aborda el libro?
El libro aborda diferentes temas: mi niñez, el paso de rural a industrial del barrio, que coincidió con mi niñez, con la llegada de Sefanitro (se empezó a construir en 1943 - nací en 1938 - con la expropiación de caseríos y huertas, desde la ría, hasta la que hoy es autovía para enlazar con el puente Rontegui). Induquímica, Motocicletas Lube, SEO, Sociedad Española de Oxígeno, Insecticidas Cóndor... El viejo Lutxana, con muchas fotografías, incluso de calles o plazas desaparecidas, el nuevo Lutxana, Orconera, y sus chalets, considerada la primera “ciudad jardín” de Bizkaia, la segunda transformación al desaparecer las citadas industrias, sobre todo Orconera y Sefanitro, por la gran superficie que ocupaban y otras muchas, y pasar de industrial a urbanizable, y un nomenclátor con todas las calles del barrio y la biografía de sus nombres.
Tuviste que imprimirlo tú mismo, ¿aquello fue complicado? ¿Intentaste que te lo publicaran por algún otro medio?
Contiene muchísimas fotografías. El libro lo compuse, lo maqueté, se lo envié en un pendrive a la imprenta, y se ha publicado con una importante subvención del Ayuntamiento de Barakaldo, dado su alto costo: son 327 páginas y su tirada muy corta, al tratarse de un tema de barrio.
¿Cuál es tu pasaje favorito del libro?
Mi pasaje favorito, no sabría definirlo. Alguien dijo que “recordar es volver a vivir”; me quedo con eso.