Aprobado el proyecto de la segunda fase del intercambiador de Cruces

Lexuri Arrizabalaga y Arantza Atutxa en la rueda de prensa
Con una inversión de 11,9 millones de euros, esta actuación aumentará la capacidad y mejorará la seguridad vial en el tramo de la BI-30, que se extiende desde el puente de Rontegi hasta el enlace de Cruces

La Diputación Foral de Bizkaia ha dado luz verde al proyecto de construcción de la segunda fase del intercambiador de Cruces. Con una inversión de 11.983.151 euros y un período estimado de 21 meses de obras, esta fase del proyecto viene a completar la reciente ampliación del intercambiador, en servicio desde noviembre de 2023.

Esta actuación se ha diseñado con dos objetivos fundamentales. En primer lugar, se enfoca en el aumento de la capacidad vial, buscando mejorar de manera significativa la fluidez del tráfico en uno de los tramos más congestionados del territorio. En segundo lugar, el proyecto plantea mejoras en seguridad vial y en crear un entorno más seguro. Se prevé que los trabajos puedan comenzar tras el verano.

Descripción del proyecto

El proyecto incluye reorganizar los carriles. Actualmente el tramo del puente consta de cuatro carriles que pasan a ser cinco tras él, de los cuales dos van haca Barakaldo. Tras la actuación, se redistribuirán los carriles para tener cuatro carriles en la carretera principal hasta la bifurcación hacia Bilbao y Santander, y un carril aparte para Barakaldo.

Asimismo, se añadirá una nueva estructura en voladizo y se ampliará el viaducto sobre la calle Buen Pastor, con dos puentes gemelos e independientes, uno para cada sentido de circulación. Tanto en torno al voladizo como al viaducto del Buen Pastor, se instalarán pantallas acústicas y barreras de contención para mejorar la calidad del sonido y la seguridad en la zona. El proyecto subraya la oportunidad de buscar materiales y diseños que ofrezcan la mejor reducción de ruido, partículas y suciedad, con el fin de afectar lo menos posible a los edificios cercanos.

Primera fase en servicio

La primera fase de la ampliación del intercambiador entró en servicio a finales de noviembre tras dos años de obras. Con esta actuación se ha logrado ampliar de tres a cuatro carriles la BI-30 (antigua N-637) para aliviar el intenso tráfico y mejorar la seguridad del trenzado de este nudo en el que confluyen una media de 250.000 vehículos al día, procedentes de Santander, Ezkerraldea y Bilbao.

Esta actuación abarca aproximadamente 1.200 metros de la autopista BI-30 y permite una mayor longitud en la convergencia de tráficos procedentes del Max Center y Bilbao de la A-8, así como una segregación más eficiente del tráfico proveniente de Cruces y con destino a Barakaldo-Lutxana.